En la actualidad, el consumo de
azúcar refinado ha llegado a ser una adicción, que se extiende en muchas
personas, desde los primeros hasta los últimos años de la vida. El desayuno
contiene cereales de caja, pan de dulce, pan con mermelada y café endulzado. El
azúcar sigue estando presente a lo largo del día y da como resultado, obesidad
y problemas de salud.
El contenido de azúcar en los
alimentos industrializados se esconde bajo nombres químicos y así, leemos que
contiene dextrosa, maltosa, sacarosa, sucrosa, miel, melaza, glucosa, fructosa,
miel de maíz, miel invertida. Por lo general, todos los ingredientes que
terminen en "osa", son simplemente azúcar refinado.
El azúcar blanco, sacarosa está
compuesto por dos moléculas de glucosa por lo que se trata de un disacárido. Su
ingesta significa solicitar en forma inmediata al páncreas endocrino que
reacciona produciendo insulina. Dicha hormona es la responsable de reducir el
nivel de azúcar en sangre, transformando la glucosa en glucógeno que se
almacena en los músculos y el hígado pronto para ser utilizado en caso de
demanda. La glucosa que el cuerpo
obtiene desdoblando carbohidratos es muy importante en nuestro metabolismo, de
hecho, es la mejor fuente de energía de
la que podemos disponer, pero obtenerla del azúcar es peligroso, pues la
diabetes tardía tan común en nuestra época, es una causa directa del consumo de
azúcar, ya que el páncreas se cansa de tanto desajuste y termina por averiarse
prematuramente.
Debido a que el azúcar refinado ha
sido despojado de todos los nutrientes, para procesarlo, nuestro cuerpo debe
"pedir prestados" a los tejidos y órganos, los minerales y las
vitaminas que requiere para metabolizar el azúcar. El azúcar daña así a largo
plazo. El azúcar también es el principal culpable de muchas enfermedades
degenerativas, pues suprime el sistema inmunológico y contribuye al desarrollo
de la obesidad, la caries dental, daño al páncreas, envejecimiento prematuro,
osteoporosis, hiperactividad en los niños y debilidad visual. Contribuye
también a aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y
autoinmunes como artritis, asma y esclerosis múltiple, sin contar infinidad de
otros efectos negativos.
La mayoría de la gente sabe que el azúcar es malo para los dientes y que los echa a perder. Si el azúcar hace eso con los dientes, ¿qué no hará con el resto del cuerpo? En su libro "Sugar Blues" los Peligros del Azúcar Blanco, el Dr. William Dufty anota que "los investigadores han probado que los dientes están sujetos al mismo proceso metabólico que cualquier otro órgano del cuerpo". En otras palabras, el ácido que destruye el esmalte de los dientes, es el mismo ácido que destruye el cuerpo. El azúcar debe ser eliminado de la dieta, pues aún en pequeñas cantidades es dañino. Evitar el azúcar y los alimentos que lo contienen en forma disfrazada es indispensable. Lea todas las etiquetas.
La mayoría de la gente sabe que el azúcar es malo para los dientes y que los echa a perder. Si el azúcar hace eso con los dientes, ¿qué no hará con el resto del cuerpo? En su libro "Sugar Blues" los Peligros del Azúcar Blanco, el Dr. William Dufty anota que "los investigadores han probado que los dientes están sujetos al mismo proceso metabólico que cualquier otro órgano del cuerpo". En otras palabras, el ácido que destruye el esmalte de los dientes, es el mismo ácido que destruye el cuerpo. El azúcar debe ser eliminado de la dieta, pues aún en pequeñas cantidades es dañino. Evitar el azúcar y los alimentos que lo contienen en forma disfrazada es indispensable. Lea todas las etiquetas.
Alternativas saludables:
Estevia (Stevia Rebaudiana) |
Existen muchas alternativas sanas para endulzar. Pruebe un poco de miel natural. Para los diabéticos existe también un endulzante natural que a su vez reduce la tasa de azúcar en sangre. Nos referimos a la Yerba Dulce (Stevia rebaudiana) que entrega su poder endulzante a través de infusión en líquidos calientes, sin aportar hidratos de carbono ni los perjuicios de los edulcorantes sintéticos. Esta hierba ve potenciado su efecto cuando se la asocia a otras hipoglucemiantes como la pezuña de vaca, la higuera y el sarandí blanco. La estevia o las molasas, el piloncillo, el azúcar moscabado siempre que sea verdaderamente azúcar sin refinar y no solamente azúcar refinado pintado de color café. También puede probar a no endulzar, aprenda a paladear los sabores naturales de los alimentos.
Otra
excelente alternativa, es la miel, sobre la cual expresa Scolnik: “Es un alimento orgánico,
vivo y no una sustancia muerta como el azúcar industrial. La miel, en lugar de
robar, aporta al organismo. Contiene calcio que nutre y fortalece los dientes y
los huesos; hierro que enriquece los glóbulos rojos de la sangre evitando la
anemia; aceites esenciales y balsámicos que desinfectan y tonifican las vías
respiratorias; ácido fórmico que es un poderoso antiséptico; vitaminas que son
sustancias indispensables a la salud; fósforo que es un tónico para el sistema
nervioso; glucosa, fructosa, diastasas, dextrina, albúminas, etc. La miel puede
sustituir al azúcar en todas sus aplicaciones, aunque es obvio que la cocción
destruye enzimas y vitaminas”.
Miel de Abejas |
Frutos secos |
Otra
fuente de azúcares y un saludable reemplazo de las golosinas a base de
sacarosa, son las semillas -crudas o tostadas- como: girasol, nuez, maní,
almendra, castaña, nuez de pecan, sésamo, etc. Es muy saludable habituar a los
niños al consumo de frutas secas y semillas en lugar de caramelos, chocolates y
golosinas. Además de beneficiar su estado general de salud, lograremos que descubran los verdaderos sabores naturales, cada vez más “tapados” por los
saborizantes sintéticos producidos con químicos para nada inocuos y en muchos
casos hasta cancerígenos.
Es
interesante comprobar que pueden elaborarse exquisitos productos (dulces,
bombones, galletitas, etc.) prescindiendo del azúcar blanco, y de sus nocivos efectos, reemplazándolo por
integral, miel o yerba dulce; así que hay que animarse a cuidar mejor de
nuestro organismo y lo que ingerimos, por lo que no está de mas tener cuidado con el azúcar.